Desde muy pequeño, me gustaba estar subido a cualquier cosa que tuviese ruedas. Disfrutaba intentando superarme en conseguir el máximo equilibrio sobre ellas. Con 9 meses ya caminaba y sin haber cumplido los 3 años ya piloté mi primera moto.

Con 8 años, me detectaron una dificultad en el estudio, confirmaron la dislexia (dificultad lectora permanente). Esto ya venía afectándome emocionalmente varios cursos. Mis padres se pusieron en manos de profesionales y les recomendaron que me apuntara a alguna actividad o deporte que me gustara mucho, entre otras cosas. No se lo pensaron dos veces para utilizar el deporte como beneficio.

Comencé a entrenar el 15 de septiembre de 2015. A partir de esa fecha, viajé todos los sábados y domingos a distintos circuitos de Navarra. Esta ilusión y sentirme seguro con mi nueva pasión hizo que tuviera algo por lo que luchar. Cada vez fui relacionándome más con mis compañeros y sintiéndome mejor.

Tras tan solo seis meses de empezar la formación, decidimos ‘arrancar motores ‘ en la competición, en la categoría Minimotos.

La cosa fue tomando forma, la constancia en los entrenamientos, la asistencia en campeonatos, y poco a poco fui subiendo de categorías. Minivelocidad 4.2, MiniGP 110, Minimotard 90, Minivelocidad 220 Supermotard 65. Hasta día de hoy con la categoría Supermotard 85.

Lucho por entrenar siempre que las circunstancias lo permiten y me esfuerzo por cumplir mis objetivos. Sin olvidarme de todo el apoyo de mi gente. De los que apuestan por mi. ¡Intentaré no defraudaros!

La aventura continua.

Marco